LA LECTURA


“De los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso es el libro; todos los demás son extensiones de su cuerpo… Solo el libro es una extensión de la imaginación y la memoria”
Jorge Luis Borges.

viernes, 26 de octubre de 2018

Pregón de Irene Sánchez Carrión

Os dejamos el texto leído en la biblioteca para que todos los que no hayáis podido disfrutar de estas bellas palabras lo devoréis con detenimiento y regusto:

  Irene Sánchez Carrón



AQUELLA BIBLIOTECA ESTABA ALLÍ



Crecí sin bibliotecas. No las había en casi ningún pueblo de España. Así que mi infancia transcurrió con pocos libros y muchas ganas de leer No me quejo, ya que me da la impresión de que la carencia alimentó el deseo. En casa teníamos una pequeña estantería de madera en la que cabían todas las obras que poseíamos. Tampoco me quejo, ya que la escasez condujo a la relectura de los textos hasta exprimir cada detalle. Si leer es importante releer es fundamental para fijarse en las argucias que utilizan los autores. En el colegio de EGB leer ficción constituía una recompensa. Agradezco a mis maestras que tuvieran el acierto de premiar nuestra diligencia en el estudio o el buen comportamiento con un rato de lectura. Los cuentos estaban custodiados bajo llave en una vitrina. Podíamos verlos a través del cristal, pero no podíamos tocarlos. Algunos días la maestra abría la vitrina y colocaba los codiciados volúmenes sobre su mesa. Obteníamos el permiso para coger un ejemplar solo si habíamos acabado las tareas y el comportamiento había sido el adecuado. Nunca, ni siquiera ahora, me ha abandonado esta visión de la lectura como premio que me aguarda al final de la jornada. La primera vez que entré en una biblioteca pública fue en la ciudad de Cáceres, cuando era adolescente. No sé por qué fui, pero sí recuerdo el impacto que me produjo el lugar. Mis ojos no podían creer lo que veían. Los libros no estaban bajo llave, sino en estanterías abiertas, a disposición de los usuarios. Podían cogerse con total libertad y de manera gratuita. Estaba permitido recorrer los pasillos situados entre las baldas y acariciar los lomos suaves de las distintas encuadernaciones. En el mostrador me explicaron que, además, con un carnet gratuito, podía llevarme algunos ejemplares, tenerlos unos días y después devolverlos. Para mí, aquello era un milagro. Como ya le había sucedido antes a Jorge Luis Borges, aquel lugar recién descubierto me pareció el paraíso. O dicho de otro modo si el paraíso existía, tenía que parecerse mucho a una biblioteca. En medio del silencio me invadió una sensación de libertad absoluta. Yo decidía por primera vez qué y cuánto leía, así que convertí muchas tardes y algunas mañanas de fin de semana en un festín de libros. Resultaba un placer pasear por el pasillo de la “P” dedicado a la poesía, coger ejemplares al azar y pasar el tiempo leyendo poemas de todos los estilos y apuntando los versos que me parecían más hermosos o que tenían algo que decirme. Me maravillaba cómo aquellos autores componían textos con imágenes deslumbrantes y con una musicalidad que yo era capaz de escuchar en el fondo de mi mente, muchas veces de pie, junto a una estantería. Desde entonces nunca he dejado de acudir a las bibliotecas. Las salas de lectura me han acogido en los años de estudiante, los fondos de documentación han facilitado mis investigaciones y la zona infantil ha recibido a mis hijos con juegos y cuentos bellamente ilustrados, a los que también ellos podían acceder con total libertad. La primera vez que entré con mis hijos en la biblioteca pública de Badajoz sentí que la historia comenzaba, esta vez sí, por el principio. 
Las cosas más simples son muchas veces las más maravillosas, pero suelen pasar desapercibidas precisamente porque nos acostumbramos a poseerlas. Las bibliotecas son un impulso inesperado de la humanidad que ha recorrido los siglos hasta llegar a nosotros. Alguien, en algún momento, en algún lugar, tuvo la feliz idea de recopilar libros, que entonces eran un artículo de lujo, y de habilitar espacios al servicio de lectores interesados que no disponían de fondos en su propia casa. Esta Iniciativa, que ahora nos puede parecer simple, revolucionó el mundo porque permitió a muchas personas el acceso a la información y ala cultura. Hay quienes siempre temen el futuro y lanzan ideas apocalípticas acerca de las amenazas que se ciernen sobre estos espacios públicos. Creo que nada hemos de temer, porque las buenas ideas, y las bibliotecas lo son, perduraran a lo largo de los siglos, mientras el ser humano desee compartir el conocimiento. Charles Bukowski, un autor maldito e iconoclasta como pocos, confiesa en un poema que la biblioteca de su ciudad fue su tabla de salvación: “…aquella biblioteca estaba / allí cuando yo era / joven y buscaba / algo / a lo que aferrarme". 
Yo también siento que las bibliotecas han cambiado el curso de mi existencia. Porque crecí sin bibliotecas, sé bien lo importante que fue tener la suerte de acceder a una en la adolescencia. Pero no me quejo. No disponer de una biblioteca en la infancia me ha hecho ser consciente de su necesidad durante el resto de mi vida.                                                                                        

                                                                  


martes, 23 de octubre de 2018

DÍA INTERNACIONAL DE LA BIBLIOTECA.



Os presentamos  el pregón, escrito por Irene Sánchez Carrón e ilustrado por Ester García, con el que conmemoraremos el Día Internacional de la Biblioteca el próximo 24 de octubre en Navalmoral de la Mata. 
Se leerá en biblioteca con todo nuestro cariño


domingo, 21 de octubre de 2018

HOY NOS VISITA ANTONIO LUIS GALÁN

El arenal del muerto, Antonio Luis Galán. Editorial Cuatro hojas.

El día 19 de octubre de 2018, tuvimos el placer de pre-estrenar el libro del talayuelano Antonio Luis Galán.
Un texto literario y ficcional que nos envuelve en la historia desconocida y perdida, para muchos, de nuestros orígenes, de nuestros antepasados. No de aquellos cercanos, ya venideros al recuerdo y la memoria de nuestro pueblo gracias a otros maravillosos libros de este autor, sino a una historia jamás contada, nueva y desprendida de nuestro “Concejo”, de nuestra localidad,  porque se perdió y se quemó junto con sus recuerdos.
Como investigador, historiador y cronista nos rescata unos sucesos que nos devuelven parte de lo que somos y nos adentra en lo que fuimos. No somos un pueblo sin Historia, solo estaba muerta, olvidada y perdida. Ahora toca redescubrirla en sus páginas. En su lectura. 

Os invitamos a leer esta obra: el arenal del   muerto.
¡Feliz lectura!